Bryan Rivera

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Bryan Rivera González

Sharon Vargas encierra a alumnos para obligarlos a levantar paro del ESAc de la UAEH

La directora del ESAc, Sharon Vargas, es uno de los tantos personajes que ha sabido destacarse en este conflicto de la UAEH. No piense, hipotético lector, que es por un alto desempeño en sus funciones académicas. Es por razones poco más que penosas, y poco menos que aplaudibles. 

Desde el inicio del paro, la directora —que por cierto nunca ha sido maestra—, se fue destacando por sus conductas opresivas contra el alumnado. Bastante registro hay de amenazas contra las y los estudiantes que iniciaron el paro en esta Escuela Superior, el 24 de septiembre. 

El tiempo pasa. Aumenta la desesperación por regresar a lo cotidiano, a los días aterciopelados. Una desesperación que se aleja de la forma en que las autoridades universitarias están atendiendo el paro general.  

Siempre hay una acción que supera los límites. Una. Sharon Vargas ya la realizó. 

El viernes 6 de octubre, ella y el movimiento estudiantil del ESAc sostuvieron una mesa de diálogo. Mientras representantes de ambas partes intentaban llegar a un acuerdo, Sharon Vargas se pasó la mayoría del tiempo metida en su teléfono, tan absorta como si estuviera viendo los mismísimos memes contra la UAEH. 

Sharon Vargas encierra a alumnos para obligarlos a levantar paro del ESAc, en UAEH
Sharon Vargas en su celular, en mesa de diálogo con paristas de la ESAc. Creditos: Especial.

Las y los jóvenes calificaron esto como una falta de respeto y levantaron la negociación. Voceras y voceros recogieron sus pertenencias y salieron. Hasta ahí, todo bien. 

Negociación en lo “oscurito”

Sin embargo, junto a miembros de la Sociedad de Alumnos y otros representantes que estaban en la reunión, cerró la puerta para quedarse con un grupo de estudiantes del movimiento que aún no salían. Les ofrecieron una negociación inmediata para levantar el paro, algo idéntico al “¿cómo nos vamos a arreglar, joven?” de un policía corrupto.  

La gente de Sharon Vargas sacó un par de hojas. Entre todos, presionaron a esos pocos alumnos para que firmaran el documento, cuyo contenido completo no les dejaban ver.  

Desconocían que era una carta donde levantaban el paro y acordaban el regreso a clases en el ESAc, con la única garantía de quitarles las faltas y crear un periodo de regularización de apenas tres días, para ponerse al corriente. Es decir, ninguna de las demandas reales que el movimiento pedía en su pliego petitorio. 

—No podemos firmar nada, porque no somos voceros autorizados —dijeron las y los alumnos, en un intento por hacer que estuvieran los demás representantes estudiantiles. 

Poco importaba que no fueran voceros. Su sola firma era suficiente para justificar las actividades presenciales, de paso, echarlos a pelear con sus propios compañeros. 

Siguieron resistiendo. Sharon Vargas se exasperó y ejerció mayor presión. Casi les respiraba en la nuca. Algunos de los alumnos comenzaron a tener una crisis nerviosa. Y de nuevo, resistieron. Ninguno firmó nada. Pudieron librarse cuando regresaron los voceros que se habían marchado. 

Ese es el motivo por el que el movimiento estudiantil del ESAc pidió una negociación directa con el rector Octavio Castillo Acosta sin Sharon Vargas como intermediaria, en un nuevo pliego petitorio entregado a las autoridades de la UAEH el pasado miércoles, días después de este suceso. 

La duda sigue en el aire: ¿Sharon Vargas actúa sola, o hay alguien de Rectoría respaldando su tiranía? 

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