Las y los maestros del Instituto de Artes (IDA) no están de acuerdo con el abrupto regreso a clases consensuado (léase, ordenado) por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
No es porque tengan pereza de regresar a las aulas, tras más de dos meses sin actividades en el plantel de Real del Monte. Evitemos los adjetivos de “huevones”.
Hay docentes que respondieron al llamado a clases en la improvisada sede alterna del Centro Cultural de “La Garza”, mientras que otros analizarán en una junta con otras y otros compañeros, si atienden al llamado de la institución.
Fuera de si dan o no clases, muchas maestras y maestros del IDA comparten la misma molestia hacia la UAEH. Tanto por el abrupto regreso a las aulas como por la postura dilatoria de la universidad contra con el movimiento estudiantil.
Recuerden que entre artistas hay muchas similitudes, muchas causas comunes.
El llamado inesperado de la UAEH a “salvar el semestre” es visto por la mayoría del personal docente como una falta de respeto hacia las y los paristas; hacia estudiantes foráneos que no pudieron regresar a tiempo, igual que una ofensa hacia maestras y maestros.
Pese a ese malestar, la mayoría tiene temor de inconformarse, ya saben, por no perder el empleo. Hay profesores con contrato, a quienes pusieron en duda su continuidad para el próximo año, si apoyan al movimiento estudiantil del Instituto de Artes.
Además, estas y estos maestros desconocen cuál es el supuesto grupo estudiantil que, según la rectoría, habló con ellos para pedirles (de nuevo, léase “suplicarles”) el regreso a clases en el IDA.
Una profesora a la que consultamos, lo describe así:
Estoy profundamente decepcionada y molesta por la forma en la cual el IDA/UAEH han manejado el conflicto. Desde el principio se han negado a asumir el diálogo, aminorando las demandas de les estudiantes”.
Y agrega:
Por supuesto la consecuencia ante tal irresponsabilidad sería la represión violenta, como lo vimos el 19 de septiembre. El comunicado de ayer (14 de noviembre) es una irresponsable afrenta a les estudiantes y docentes. La institución parece creer que el desgaste será la forma de dar fin al conflicto”.
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