Lo que empezó como un pequeño brote de estudiantes siguió creciendo hasta quedar como una incontenible irrupción en la UAEH.
La universidad ni nadie creía que lo iniciado la mañana del 28 de agosto, seguiría firme. La altanería de los “enlaces” de la universidad en aquellos primeros días del paro del Instituto de Artes quedó atrás. Ahora, las caras son de incertidumbre y enojo.
Y cómo no estarlo, si las potentes miradas apuntan hacia la universidad. Miradas que tal vez no matan, pero sí raspan.
El grupo del Julio Menchaca ya dio su primer paso. Quieren apretar un poquito (o mucho) al Grupo Universidad.
La diputada Sharon Macotela ya presiona para que el rector, Octavio Castillo comparezca: un nudo hecho a la medida del presidente del Congreso, Osiris Leines: una de las manos cercanas de la UAEH.
Santiago Nieto presumió cinco carpetas de investigación por la represión del edificio central. Cuatro de ellas, por las agresiones del personal y del Consejo Estudiantil contra las y los alumnos, bajo la figura de lesiones y amenazas. La otra, por daños a la propiedad ajena contra la sede universitaria, hechos por el movimiento estudiantil del Instituto de Arte.
El mismo encargado de despacho que, desde la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), puso la soga en el cuello al grupo liderado por Gerardo Sosa, con las investigaciones por desvíos de recursos.
El propio gobernador ya dijo que participará como intermediario en el paro, a petición del movimiento estudiantil.
Los propios alumnos y alumnas en paro resaltaron que los problemas en la universidad tienen nombre y apellido: La Sosa Nostra.
Equipararon los hechos, a otras represiones que han ocurrido contra el alumnado. Una de ellas, la detención de alrededor de 60 estudiantes del Instituto de Arte de la UAEH por policías municipales de Real del Monte, cuando salieron de la fiesta de bienvenida, el 13 de agosto del 2022.
Veremos si el reloj avanza y si queda detenido en la maquinaria de los acontecimientos. Tic-Tac.
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