En poco más de un mes durante 2023, el movimiento estudiantil supo agitar a las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). A un año de dichas protestas, quedan acuerdos no cumplidos y el malestar de que los paristas no pudieron vencer sus divisiones internas a favor del bienestar colectivo.
El 19 de septiembre del 2023 es una fecha que perdura en la memoria universitaria. Docenas de estudiantes del Instituto de Artes (IDA) fueron agredidos por un grupo de choque, conformado por trabajadores y otros estudiantes de la universidad.
La solidaridad y el hartazgo contra el cacicazgo del Grupo Universidad derivó en un paro general que duró alrededor de un mes. Un mes donde cada día, cada hora, era la cuenca de un rosario de enojo, cansancio y miedo.
Los institutos elaboraron pliegos petitorios, donde exigían distintos cambios en sus respectivos planteles. Cada documento era la forma de exigir un pago por años de impunidad en casos de acoso sexual; por malas condiciones en los planteles y la falta de representación fidedigna del estudiantado.
Las peticiones cayeron en saco roto. El movimiento estudiantil de la UAEH finalmente se quebró por incontables conflictos internos y la inexperiencia de sus miembros.
A un año del primer movimiento estudiantil en la historia de la UAEH y de Hidalgo, esta es la reconstrucción sobre cómo ocurrieron los hechos, con información que en su momento no fue pública.
El siguiente texto proviene de múltiples entrevistas hechas a distintas personas que estuvieron en ambos polos del paro. Todos los nombres, a excepción de Yoltic Hernández, se cambiaron para respetar el anonimato.
El origen del movimiento estudiantil de la UAEH
Era el 25 de agosto del 2023; a María Teresa Paulín la eligieron como presidenta del Instituto de Artes (IDA). La decisión no cayó bien en la mayoría del alumnado. Como en otros tantos procesos internos de la UAEH, alumnos acusaron que el proceso estuvo amañado, pues profesores y personal se las ingeniaron para coaccionar el voto de los estudiantes.
Además, Teresa Paulín cargaba con múltiples acusaciones por violencia psicológica contra alumnas, desde que era docente de actuación. Los señalamientos apuntaban a una misma dirección: discriminación, abuso de autoridad, llantos y ansiedad de estudiantes que abandonan de sus clases tras ser sobajadas por su apariencia o su desempeño.
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La catedrática no era la única que cometió esas acciones, pero sí las más recordadas. También había docentes señalados constantemente de acoso sexual y otros tantos que criticaron el peso de las alumnas y alumnos.
Tras la designación, un grupo de alrededor de 25 alumnos, la mayoría de teatro, decidieron protestar afuera del plantel, ubicado en la montañosa zona de Real del Monte, el llamado “Primer Pueblo Mágico” de México.
La exigencia era que la UAEH destituyera a Teresa Paulín como directora del IDA y celebrara otro proceso de selección. El silencio institucional duró días, los suficientes para que ese puñado de alumnos realizar una Asamblea.
Con las butacas del auditorio llenas y alumnos sentados en los pasillos, lograron el respaldo de la mayoría para realizar un paro de actividades.
Entre ellos figura Yoltic Hernández, quien a la postre fungiría como portavoz del movimiento estudiantil en el IDA de la UAEH. Identificado públicamente como una especie de “líder” dentro del movimiento que, después, agrupó a otros institutos.
La entonces presidenta de Sociedad de Alumnos del IDA, Aline Martínez Ruano, avisó al Consejo Estudiantil sobre la creciente molestia. Los estatutos universitarios señalan que dicho órgano debe representar al estudiantado, pero desde hace décadas sirvió más a los intereses de la universidad, teniendo a las Sociedades de Alumnos de cada plantel como satélites capaces de “controlar” a sus estudiantes.
La toma del IDA
Tras anunciarlo durante la noche anterior, el lunes 28 de agosto tomaron las instalaciones de ese instituto e hicieron público su rechazo a Teresa Paulín.
El Consejo Estudiantil llegó durante la mañana, encabezado por su presidente, Esteban Rodríguez Dávila. Dicho cuerpo, aseguró que acudieron para dialogar con sus compañeros y que retomen actividades. En cambio, los paristas acusaron que Esteban Rodríguez llegó para sacarlos a la fuerza.
Desde ese momento, surgieron distintas versiones a lo largo del posterior paro general, donde el movimiento estudiantil y el Consejo de la UAEH se acusaron mutuamente sobre lo ocurrido ese día.
A fin de presionar para el levantamiento del paro, el Consejo Estudiantil pidió a las Sociedades de Alumnos de varias facultades que llevaran a alumnos afines a Real del Monte. Sin embargo, no pudieron contra el movimiento estudiantil, quienes prolongaron la toma por tiempo indefinido de este instituto de la UAEH.
Pasaron los días. De nuevo, el silencio avivó la incomodidad. El rector Octavio Castillo Acosta evitó pronunciarse abiertamente sobre la demanda de ese grupo de estudiantes. Solo se inconformó, cuando los paristas protestaron en la clausura de la Feria Universitaria del Libro el 3 de septiembre. Este fue uno de los eventos culturales más importantes de la UAEH ese año.
La protesta del edificio central de la UAEH en Abasolo
Tras varias protestas a lo largo de las semanas, el movimiento tomó una decisión que quedaría en la memoria universitaria: protestar en las instalaciones de la calle Abasolo, el edificio más emblemático de la UAEH ubicado en el Centro de Pachuca.
En la movilización participaron varias decenas de alumnos del IDA. Esa mañana soleada del 19 de septiembre, asistieron a Palacio de Gobierno y se dirigieron al edificio central de Abasolo. En el camino, los manifestantes tomaron un Garzabús.
Según Yoltic Hernández, la idea original era solo protestar sobre la avenida principal, donde está el edificio central. Sin embargo, las cosas cambiaron en el transcurso de la manifestación.
El objetivo era que el rector Octavio Castillo asistiera al lugar de la protesta para hablar de una vez por todas sobre la destitución de Teresa Paulín. Sin embargo, el movimiento estudiantil notó que en las escalinatas del edificio de la UAEH en Abasolo había numerosas vallas que formaban una especie de barricada, para que no se acercaran al edificio histórico, emblema de la universidad.
Ese gesto por alejarlos mostró el rechazo e indiferencia de la universidad por escucharlos. Casi de forma instantánea, empujados por el instinto, los paristas del movimiento estudiantil del IDA saltaron las vallas e intentaron entrar por la fuerza al edificio de la UAEH.
Christian, uno de los tantos alumnos que, en ese momento tomaban clase en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), miraba en redes sociales las imágenes de la toma del Garzabús.
Él además formaba parte de la Sociedad de Alumnos de ICSHu, misma que pertenecía al Consejo Estudiantil hasta entonces.
A la par, el Consejo Estudiantil mandó mensajes a los presidentes de las Sociedades de Alumnos. Esteban Rodríguez les pidió que asistieran de urgencia como voluntarios a Abasolo. En cambio, otros representantes se mostraron más enérgicos y obligaron a varios estudiantes a ir.
Christian asistió de forma voluntaria junto con otros de sus colegas. De camino a Abasolo, una compañera recibió un mensaje de las Sociedad de Alumnos donde le pidieron ir encapuchada, con gafas y cubrebocas. El resto la imitaron por seguridad.
Al llegar al edificio de Abasolo, se encontraron con una imagen insólita: decenas de alumnos del IDA lanzaron las vallas de contención hacia la entrada principal.
Con los rostros cubiertos, Christian y su pequeño grupo de la Sociedad de Alumnos de la UAEH pasó entre los miembros del movimiento estudiantil, confundiéndose a simple vista como si fueran parte del mismo bloque.
Lograron colocarse al frente y formaron una repentina valla humana para impedir que los paristas entraran al edificio. Es un esfuerzo inútil. Yoltic ya había ingresado por una de las ventanas junto con otros compañeros. Por dentro, quitaron las barricadas de muebles y máquinas expendedoras, colocadas por trabajadores de la universidad. Abrieron las puertas laterales y los alumnos del movimiento estudiantil del IDA ingresaron al edificio de la UAEH en Abasolo.
Las agresiones al interior del edificio
Primeras versiones de los hechos indicaron que los paristas tenían un objetivo claro: encontrar a Teresa Paulín en el edificio de Abasolo para forzarla a renunciar. Desde el paro del IDA, ella asistía al edificio a dar clases, pues las autoridades universitarias trasladaron a los alumnos a dicho plantel.
Los paristas permanecieron en la sala principal durante unos minutos. Yoltic dice que, durante ese breve tiempo, decidieron ir a los salones para pedir a los alumnos que dejaran el edificio y no para buscar a Teresa Paulín.
Con eso, querían convencer al alumnado de que no planeaban hacerles daño, contrario a las versiones que horas antes corrieron, donde se aseguró que el movimiento estudiantil planeaba agredir a quienes no apoyaban su causa.
Tras esos cortos minutos, los alumnos del IDA comenzaron a recorrer cada rincón del edificio. Eran una bomba que, al estallar, lanzó múltiples estelas en todas direcciones.
Un grupo partió desde el interior hacia el estacionamiento. Otro, ingresó por un callejón externo, y uno más avanzó hacia el patio principal de Abasolo.
Ahí nació la imagen que es símbolo y resumen del movimiento: un par de enfebrecidos alumnos arrancaron la cabeza a la garza que está en la fuente donde, ceremoniosamente, suelen mojarse los académicos cuando reciben un nombramiento.
Posteriormente, el Consejo Estudiantil y sus Sociedades de Alumnos difundieron la versión de que esos alumnos llevaban herramienta para cometer dicha acción. Esta fue una forma de poner en duda la legitimidad del movimiento estudiantil, dando a entender que el ingreso violento al edificio de la UAEH era premeditado.
Sin embargo, según la versión de Yoltic, la situación era distinta. Un compañero tomó un tubo recién desprendido de una de las vallas que lanzaron y golpeó la estructura revestida con yeso. Esto hizo que la cabeza de la garza se rompiera. Varios alumnos la levantaron como parte de su efímero triunfo e irreverencia artística.
Christian y sus compañeros, cercanos a las Sociedades de Alumnos, partieron hacia el estacionamiento, intentando calmar al alumnado del IDA. Christian aseguró que algunos de los padres que acudieron a ayudar a los paristas comenzaron a insultarlos. Miraron a estos jóvenes como si ellos mismos fueran responsables de la permanencia de Teresa Paulín.
Christian nota que Esteban Rodríguez, el presidente del Consejo Estudiantil, estaba jaloneándose con los paristas. No tanto por un intento de enfrentarlos, sino más bien avivado por el calor de las circunstancias.
En ese mismo momento, en la parte central del edificio de Abasolo, entró un grupo de choque, conformado por personal administrativo, choferes del Garzabús y hasta algunos maestros. Todos encapuchados, comenzaron a repeler a los paristas a golpes, en una macabra danza de gases lacrimógenos y humo de extintores.
El movimiento estudiantil ayudó a sacar a sus compañeros heridos y finalmente se retiraron cuando comprobaron que ninguno se había quedado atrás. Entre escombros, solo trabajadores y miembros del Consejo y de Sociedades de Alumnos permanecieron en el edificio de Abasolo, con el polvo de ladrillos y el humo de los gases creando una ligera tela en el aire.
El saldo es de alrededor de 20 personas heridas afines a los alumnos del IDA. Entre ellos estudiantes y padres de familia, según un primer cálculo que hizo la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo tras estos hechos.
Christian aseguró que, desde que estaba en la valla humana, escuchó decir a los paristas que traían gases lacrimógenos. Hay videos donde incluso se apreció a dichos alumnos lanzando gases, minutos antes de que llegara el grupo de choque a agredirlos.
Yoltic lo negó categóricamente. Aseguró que ni siquiera saben cómo fabricar esos gases. Expuso que, más bien, usaron los extintores que habría en el edificio para defenderse del grupo de choque.
UAEH aprovecha para recuperar el IDA
Los estudiantes entrevistados resaltaron que, simultáneamente a la protesta de Abasolo, la universidad envió a otro grupo de choque al IDA para recuperar el plantel, confiados en que habría pocos alumnos cuidando el lugar.
Este personal logró entrar a las instalaciones de Real del Monte. Los pocos alumnos presentes alcanzaron a salirse, saltando por la parte trasera. Cuatro días después, los estudiantes del IDA recuperaron el plantel.
El paro general en la UAEH
Las imágenes, los mensajes y los testimonios sobre las agresiones hacia los paristas en Abasolo no dejan indiferente a nadie. Esta misma tarde del 19 de septiembre, los distintos institutos de la UAEH comenzaron a organizarse. El llamado es inminente: solidarizarse con el IDA en un paro general a nivel licenciatura.
Para ello, paristas del IDA lograron comunicarse con compañeros de las otras carreras que los respaldaban. Acordaron tomar los planteles del ICSHu, ICSA, ICEA y del ICBI, a las 07:00 horas del día siguiente.
El ICSHu fue el instituto más activo. Los entrevistados coincidieron en que no puede ser de otra forma. Entre sus diez carreras están comunicación, derecho, ciencias políticas, entre otras.
El Consejo Estudiantil y las Sociedades del Alumnos también se prepararon. Esa mañana del 20 de septiembre formaron una valla humana en la entrada de ICSHu para respaldar a la directora y evitar la toma del plantel.
Tras el paro general, los alumnos involucrados de todos los planteles iniciaron un proceso para definir a sus representantes, lo cual, duró aproximadamente una semana. Cada carrera eligió al suyo. Dichos representantes, fungieron de vínculo con los paristas del IDA. Todos quedaron constituidos formalmente como movimiento estudiantil.
En dichos pliegos, destacó la renuncia de Teresa Paulín como directora del IDA, siendo el motivo por el que iniciaron las protestas. Pero también sumaron las necesidades de cada instituto. Entre ellas, que la UAEH atendiera las quejas de acoso perpetradas por docentes y alumnos, mismas que acumulaban polvo en los archivos universitarios.
Amenazas y paranoia
A la UAEH no le quedó más que sacrificar a Teresa Paulín. El 25 de septiembre, en compañía del rector Octavio Castillo, visiblemente nerviosa, anunció su renuncia como directora del IDA. Sin embargo, esa medida fue insuficiente para sanar el malestar colectivo.
Adriana es una de las jóvenes que estuvo activa dentro del paro en ICSHU. Como el resto, decidió unirse en solidaridad a los compañeros agredidos del IDA.
Reconoció que muchos de sus compañeros se adhirieron por un rechazo general al Grupo Universidad; a esas décadas de impunidad dentro de una institución que usó a la educación como trampolín político en Hidalgo.
Todo el mes de paro general se vivió como una vida entera. Adriana y el resto de sus compañeros en ICSHU lidiaron con la desorganización, la inexperiencia para realizar un paro, y el temor constante a sufrir alguna represalia.
Muchos alumnos sintieron amenazas a su manera. Tanto en la presión de maestros por conectarse a clases en línea, como por la sensación de sentirse vigilados cuando salían de las instalaciones tomadas rumbo a sus casas.
Adriana aseguró que varios compañeros recibieron amenazas, principalmente en mensajes de WhatsApp de números desconocidos.
El movimiento no dejaba de ver al Consejo Estudiantil como un apéndice del Grupo Universidad. Los paristas establecieron restricciones internas, como no hablar con ninguno de ellos, esos “enemigos” con los que meses antes compartieron aulas.
Por su parte, las personas cercanas al Consejo o Sociedad de Alumnos se sintieron atrapados entre dos frentes: el movimiento estudiantil y la propia universidad. En secreto, algunos consideraron que la protesta era legítima.
Ellos también estuvieron expuestos. Los números de los integrantes de Sociedad de Alumnos y del Consejo Estudiantil se filtraron y recibieron amenazas.
Dudas sobre la protesta de Abasolo
Tanto en las declaraciones oficiales como en los medios de comunicación se dijo que un solo grupo de choque, conformado por el Consejo Estudiantil y los trabajadores de la UAEH, agredió a los paristas.
Christian aseguró que no es del todo correcto, que más bien hubo dos grupos de choque aquel día. El primero, efectivamente, conformado por los empleados de la universidad.
Según considera, los miembros del Consejo Estudiantil y de Sociedad de Alumnos no eran un grupo de choque. Llegaron de forma desarticulada a intentar calmar a sus compañeros, pero en el calor del momento terminaron en golpes.
En cambio, aseguró que el segundo grupo de choque no está identificado. Al analizar internamente los videos tras las agresiones, la UAEH no pudo identificar quiénes fueron esas personas. No eran alumnos ni trabajadores. Un grupo que se esfumó bajo el mismo misterio con el que entró.
Yoltic también confirmó la presencia de ese segundo grupo, cuyos miembros tampoco pudieron identificar.
Para Christian, la presencia de esa agrupación solo favoreció al movimiento estudiantil. También, contribuyó a dañar la imagen que la máxima casa de estudios hidalguense, deteriorada desde hace décadas por la hegemonía del Grupo Universidad que la controla.
Los intereses
Los alumnos se sumaron al movimiento por dos motivos. Unos apelaron querer limpiar la impunidad y corrupción en la universidad que, como brújula, no deja de apuntar al Grupo Universidad.
Sin embargo, todos aprovecharon para exigir cambios más inmediatos en los pliegos petitorios emitidos por instituto. Entre ellos, mejoras a las instalaciones y que finalmente resolvieran los casos de acoso y hostigamiento que permanecen apilados como archivos polvosos en las sombras de la impunidad.
El IDA es el corcho que destapó toda esa efervescencia. Un instituto que acumuló más recelo que el resto de los estudiantes de los otros planteles, tanto porque contaba con la mayor cantidad de acosos como por el hecho de ser uno de los pocos planteles que están “aislados”, a kilómetros de distancia de los otros institutos de la capital de Hidalgo.
Sin embargo, toda esa causa, todos esos motivos, fueron insuficiente para superar los intereses internos. Al menos en ICSHu, varios de los integrantes del movimiento tenían intención de competir para un cargo en la Sociedad de Alumnos de ese instituto en las elecciones internas.
Un lugar en dichas sociedades o en el Consejo Estudiantil representa muchas cosas: tráfico de influencias para aprobar materias; una sensación de poder al fungir como grupo de contención; obtener ganancias al realizar fiestas de bienvenida, pero, sobre todo, la posibilidad de engrosar las filas de la burocracia dorada de la UAEH si se desempeñan bien las funciones.
Alumnos de los institutos aseguraron que él quería imponer a miembros del IDA como representantes de cada plantel. Estos estudiantes desconocieron a aquellos afines a Yoltic, al considerar que debían ser representados por personas de sus respectivos planteles.
Al respecto, Yoltic justificó que actúo de esa manera porque, durante la primera semana, cada plantel cambió constantemente de voceros, afectando a la coordinación.
El cansancio
El paro general duró apenas 20 días, pero se sintieron como años que no terminaban. Agotamiento, fastidio, miedo y desconfianza.
Estaban fastidiados de vigilar, del miedo, de dormir en los salones. De ir solo a sus casas para bañarse y volver. De mirar a todos, paranoicos. Querían hacer lo que solo sabían: estudiar, descansar y divertirse.
ICSa es uno de los institutos que más sufrió. Los alumnos de Psicología son los que principalmente sostuvieron el paro en dicho lugar. Ellos solos contra la presión del resto de los estudiantes de las carreras médicas del instituto, quienes presionaron para volver a clases presenciales.
Muchos alumnos notaron, principalmente, que Yoltic adoptaba una postura más reaccionaria. Una mayor ansia de protesta, como si estuviese obligado a sacudir todo antes de que se le acabe el aliento.
Este vocero asegura que en IDA tenían un agotamiento extremo, porque su paro inició casi un mes antes que el resto de las facultades. Malcomían y dormían en los salones con las incomodidades que conlleva.
Yoltic esperaba que el cansancio empujara a todos los paristas en lo que consideraba el siguiente objetivo: exigir un cambio en la Ley Orgánica de la UAEH.
La fisura del movimiento
Cada instituto desconfió de los paristas del IDA, por quienes inició todo tras las agresiones. Principalmente, dudaban de Yoltic, el vocero con semblante de líder.
Las diferencias iniciaron mucho antes, cuando comenzo el paro general, según los entrevistados. En varios institutos consideraron que las posturas del IDA eran demasiado radicales. Actuaron incluso sin considerar al resto, como si ellos tuvieran el destino del movimiento por encima del consenso de los representantes de las carreras involucradas.
Algunos interpretaron estos hechos como un intento de los paristas del IDA por evitar que los estudiantes tomaran las riendas de lo que definieron como sus respectivos paros, al menos en ICSHu.
Según expusieron, Yoltic insistió en radicalizar al movimiento, priorizando el desacato y la rebeldía contra la institución, promoviendo incluso el linchamiento público de la Sociedad de Alumnos y del Consejo Estudiantil.
En cambio, ICSHu apostó más por un diálogo directo para que la UAEH se comprometiera a firmar los pliegos petitorios.
En la entrevista, Yoltic confirmó que hay diferencias entre su postura y las de otros institutos. Consideró que sus compañeros buscaban un diálogo distinto, sin comprender cómo funcionaban los movimientos estudiantiles. Durante el paro, el IDA se asesoró con movimientos estudiantiles de otras universidades del país.
Nosotros veíamos que no había otro modo de conversar con la universidad.”
Además, el paro general comenzó a extenderse más de lo previsto. Muchos participantes eran foráneos. Sus padres los presionaron para volver a sus comunidades. Sudaban por la necesidad de continuar sus estudios, no perder el semestre y no generar más gastos,
El movimiento jaló hacia extremos opuestos. Unos querían continuar mientras otros querían volver a sus casas.
Termina el paro en la UAEH
La ruptura dentro del ICHSu fue definitiva con la caída del paro general. El momento clave ocurrió el 6 de octubre del 2023. Tras varias reuniones, el movimiento estudiantil sostuvo un encuentro con algunas de las principales autoridades de la UAEH, entre ellas el rector. Estaban por firmar los pliegos petitorios.
Durante esa sesión, en el auditorio, llevaban cinco puntos del pliego firmados. Sin embargo, repentinamente, Yoltic exigió una disculpa pública del rector por las agresiones de Abasolo. Octavio Castillo se negó
En ese momento, los miembros del IDA que están en la mesa, sentados frente a la UAEH, comenzaron a mensajearse en un grupo de WhatsApp para decidir si se retiraban en señal de protesta.
Alumnos que estaban en las gradas observan más bien una respuesta arbitraria de Yoltic. Se levanta y empuja la mesa, saliendo del lugar junto con los demás miembros del IDA. Esa decisión, retrasó aún más las negociaciones en los días siguientes.
El resto de los paristas estaban enojados. ¿Cómo levantarse, si las autoridades académicas estaban por firmar los puntos de los pliegos petitorios, el motivo por el que han aguantado tanto?
Piensan que Yoltic no miró por las exigencias de los demás, sino solo por la postura de unos cuantos. Decidieron que no priorizarán los intereses de quienes no velan por los suyos.
Al respecto, durante la entrevista, Yoltic dijo que lo mínimo que podía hacer Octavio Castillo era ofrecer una disculpa.
Además, pensó que la universidad no cumpliría los acuerdos que estaban por pactar. Reafirmó esa postura días después, cuando el Consejo Universitario denigró al movimiento en una sesión, donde respaldaron a Esteban Rodríguez, en lugar de dialogar sobre su posible salida, cuando era uno de los puntos entonces acordados.
ICHSu levanta también el paro
El 8 de octubre, los alumnos del ICHSu levantaron el paro. Varios optaron por llevarse los víveres que quedaban donados por amigos y personas que simpatizaban con su causa.
Al día siguiente, el resto de los paristas liberaron las instalaciones de sus respectivos institutos como parte de un efecto domino. Se retiraron, sin lograr el compromiso de las autoridades académicas para atender las demandas planteadas en los pliegos.
Los alumnos del IDA se quedaron con una amarga sensación que sabe a desilusión. Al final, permanecieron los mismos que iniciaron el movimiento, varados en una isla desierta, viendo cómo se alejaba un barco a la distancia.
Por su parte, Adriana consideró que la ruptura del movimiento estudiantil de la UAEH era inminente. Días antes de que el ICSHu levantara el paro, los alumnos de Psicología dijeron que estaban a punto de retirarse debido a la presión en ICSa.
La intervención de Gerardo Sosa
Christian aseguró que la cabeza del Grupo Universidad y de la llamada Sosa Nostra, Gerardo Sosa Castelán, sí intervino en el paro. Actuó desde las sombras, como es el estilo de ese clan político que ha cometido presuntos desvíos de recursos bajo el amparo de la universidad, interviniendo en la política de Hidalgo desde hace más de cuatro décadas.
Influyo en todo, incluidas las acciones del Consejo Estudiantil, cuya tarea durante el paro, fue convencer a estudiantes sobre la importancia de reanudar las clases presenciales.
Sí tuvo mayor influencia. Durante todo el tiempo que duró el paro. Entre Esteban y los demás miembros del Consejo tuvieron reuniones con Sosa, no con Octavio (el rector). Con Octavio casi no tuvieron reuniones.”
Para entonces, Gerardo Sosa permanecía en prisión domiciliaria por el delito de delincuencia organizada y por un desvió de alrededor de 58 millones de pesos en la universidad. Quedó en libertad en mayo de este 2024, cuando un juez le cambió la medida cautelar mientras continúa su proceso penal.
Yoltic, la figura de “líder”
Los paristas de otros institutos definen a Yoltic como una persona que tiene un conflicto directo con el clan de Gerardo Sosa y el Grupo Universidad. Su atención, su enfado e intensidad durante todo el paro es contra ellos y contra su actual rostro administrativo: el rector Octavio Castillo.
Durante el paro general, Yoltic fungió como vocero del movimiento del IDA. Sin embargo, los paristas de otros institutos vieron que, más bien, asumió funciones como “líder”. Yoltic negó tajantemente que se considere como tal.
Después del 19 (las agresiones de Abasolo), mucho menos, Porque ya era mucho más grande (el movimiento) de lo que una persona pudiera considerar. Pensar que se podría liderar sería muy egocéntrico de mi parte.”
Sin embargo, asegura que, a diferencia de otros compañeros, tenía más conocimiento sobre cómo realizar un paro. Es por su acercamiento con el Comité de Lucha Estudiantil y por su intrínseco interés por las causas sociales. Consideró que, más bien, asumió funciones de coordinador.
El interés de este estudiante no solo es por pragmatismo ideológico. Cada una de sus acciones estaban orientadas por un inconmensurable enfado hacia los vicios de la universidad, hacia su sed de poder.
Esa ira toma forma en uno de sus inmediatos recuerdos. A finales del 2019, Yoltic estudiaba en el ICSHu. Asistió con varios amigos a una fiesta de la Sociedad de Alumnos, donde estaban los candidatos que buscarían presidir dicho órgano.
Uno de sus compañeros se intoxicó con presunto alcohol adulterado y terminó en el hospital. Ante la duda de si podrá recuperarse, los representantes de la Sociedad de Alumnos mostraron un efímero apoyo, antes de pedirles a él y a otros que, por favor, pese a la circunstancia, asistan al día siguiente para votar a los nuevos representantes.
Yoltic mostró solo una gota de ese resentimiento durante la entrevista. El enojo raspa en su garganta, sin encontrar la forma correcta de sacarlo.
No duda en sumarse a la protesta años después, cuando sus ahora compañeros del IDA quieren exigir la renuncia de Teresa Paulín como directora del IDA.
Fue algo que a mí me motivo para decir: ‘si ellos lo van a hacer (sus compañeros), ¿Qué derecho tengo yo a no involucrarme?’”
Sin embargo, las posturas de Yoltic y del resto del IDA, calificadas como “radicales”, hicieron que el vocero actualmente no sea bien recibido en otros institutos que estuvieron en paro.
La desconfianza aumentó cuando, tras las protestas, corrieron rumores acerca de que Yoltic ha estado en cuatro licenciaturas dentro de la UAEH: en el ICEA, ICBI, ICSHu y ahora en el IDA. Que en todas estuvo involucrado en presuntos altercados, algunos por la intención de entrar a Sociedad de Alumnos de ICSHu.
En cambio, Yoltic aseguró que solo ha estado en dos licenciaturas, tanto en ICSHu como en IDA. Rechaza categóricamente que tuviera alguna intención de pertenecer a uno de los órganos que cuida los intereses de la cúpula universitaria.
¿Valió la pena el paro?
Christian guarda silencio, pensando qué decir por unos segundos, antes de responder si el paro dejó algo positivo en la comunidad universitaria.
Sinceramente… no. A resumidas cuentas, todo sigue igual. Las mismas problemáticas. Las mismas situaciones. Que se haya mantenido, o que se tenga otra perspectiva de cómo se maneja la universidad, a lo mejor eso sí se ganó, pero de ahí a que los alumnos tengan iniciativa otra vez para hacer algo no, ya no”.
Hasta asegura que los alumnos de ICSHu tratan de ignorar lo que sucedió hace un año. Si acaso, lo mencionan entre bromas: “Mira, ahí está quien se llevó los víveres”, “¿Te acuerdas de lo que pasó aquella vez, cuando…?”.
Adriana también nota un interés por cambiar la página. Sin embargo, considera que el paro fue necesario. Deja un precedente de la primera manifestación a gran escala hecha por y para estudiantes en Hidalgo. Un registro sobre errores y motivaciones.
A lo mejor la generación que participó en este paro ya no tiene ganas de volver a repetir esa experiencia, pero en algún momento debe volver a pasar. En ese paro, se va a recordar justo o que pasó ahorita.”
En cambio, Melissa –otra alumna que formó parte del movimiento- afirma de manera tajante que el paro demostró que los alumnos tienen voz. Habría muchos cambios en la máxima casa de estudios de Hidalgo si los estudiantes estuvieran dispuestos a asumir el poder que tienen, considera.
Le gusta que el movimiento estudiantil de la UAEH haya iniciado con el IDA, al ser uno de los planteles más reprimidos e ignorados.
Para Yoltic, el paro valió completamente la pena, pese a no alcanzar importantes acuerdos. Los días de protesta, de falta de actividades presenciales y de constante presión, enseñaron al Grupo Universidad que “ya no pueden hacer lo que quieran”.
A algunos alumnos les dio desarrollo personal. Al menos en el IDA, el estudiantado ya no se deja tan fácilmente de cualquier maestro o autoridad académica. Hay mucha dignidad.
Sirvió también para que la universidad cojeara. Ya no tiene tanta fuerza política.”
Las enemistades generadas durante el paro general derivaron en estudiantes orgullosos por su participación, pero también mucha desilusión. Para el resto del alumnado que no estuvo involucrado, solo queda la anécdota de un fenómeno que presenciaron con cierta distancia.
El paro también es visto como una guerra de alumnos contra alumnos. Entre sus propios integrantes, del movimiento contra el Consejo Estudiantil de la UAEH y viceversa. Estudiantes peleando entre sí, sin rasguñar a las autoridades universitarias.
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