Casi todas las personas de la comunidad de La Cruz, en Tezontepec de Aldama, conocen a Steve Juárez Simón, el joven alegre y altruista de 21 años, ávido en el deporte y con la motocicleta, que murió en un accidente por el presunto descuido de Gloria N., una agente de la Policía Estatal, cuyos compañeros son acusados de intentar encubrirla en Mixquiahuala, Hidalgo.
La familia lo esperaba para cenar la noche del 20 de octubre. Salió del Instituto Tecnológico Superior de Occidente del Estado de Hidalgo (ITSOEH) a las ocho de la noche, como en cualquier viernes.
El estudiante de Ingeniería en electromecánica manejaba su moto sobre la carretera Mixquiahuala-Tlahuelilpan rumbo a casa, en Tezontepec de Aldama.
El joven iba sobre la vía alta, cuando Gloria N. salía del cuartel de la Policía Estatal, conocido como “Casa Blanca”, ubicado sobre el mismo tramo carretero, pero a la altura del municipio de Mixquiahuala.
Gloria N. comenzó a manejar sobre su carril en la vía baja, pero dio un giro imprevisto para cambiar de sentido, sin fijarse. En ese movimiento, Steve, quien iba en el sentido al que ella giró, contra la parte trasera de la camioneta de la policía, en el lado izquierdo, sin darle espacio ni tiempo para reaccionar.
Los compañeros de Gloria N. llegan rápidamente al lugar del accidente, seguido de una ambulancia que traslada al joven al Hospital Integral Cinta Larga, ubicado en Mixquiahuala, Hidalgo.
El encubrimiento
Los policías saben que la situación es grave, dadas las circunstancias del incidente. Es difícil saber quién pidió el favor, pero sucedió: los efectivos ayudaron a Gloria N. a esconder su camioneta en Casa Blanca, mientras la trasladaban a la clínica del ISSSTE por una lesión en el cuello.
Hicieron esto, evadiendo el reglamento de transito, que indica que ningún vehículo debe moverse de un accidente, hasta que las autoridades competentes tomen conocimiento del hecho.
La familia se entera del accidente cuando Steve ya está en el Hospital Integral de Mixquiahuala, en Hidalgo. Afuera, encuentran a cuatro agentes estatales, quienes dicen no saber lo sucedido.
Tras mirar a los estatales, un paramédico también dice no saber nada. Los agentes sostienen que encontraron a Steve junto a su moto, tirados en la carretera. Sin Gloria N. ni la camioneta.
Un hombre amado en Tezontepec de Aldama
Personas de la comunidad y exteriores, con conocimiento de causa, se refieren a él como un “buen niño”. Un joven contribuyente, amistoso.
Aseguran que Steve no acostumbraba a consumir alcohol, mucho menos, a causarse problemas. El deporte y las rodadas en moto eran sus principales actividades, por eso es que “le gustaba siempre andar conociendo lugares nuevos”, como si no hubiese nada que lo detuviera mientras andaba en dos ruedas.
También lo definen como “servicial”. No había vecino hacia quien no corriera para ayudarlo. Hace meses, uno de ellos tuvo un accidente por la noche y Steve se detuvo para llevarlo al hospital. “Si usted le pedía un favor, no decía que no”.
En el aniversario de Instituto Tecnológico Superior de Oriente, organizó con varios compañeros una fiesta. Un vecino le prestó su camioneta y otro le hizo carnitas.
Muchos habitantes de la comunidad de La Cruz, en Tezontepec de Aldama, perdieron algo con la muerte de Steve. Todos tuvieron el mismo reclamo.
Esa misma noche del 20 de octubre, los vecinos acudieron a Casa Blanca para encarar a los policías por presuntamente encubrir a Gloria N. y ocultar su camioneta en este municipio de Hidalgo. Ante la negativa, proceden a retener a dos elementos al azar y los trasladan a la delegación de la comunidad, para que las autoridades investigaran el encubrimiento. Ocurrió, mientras Steve seguía luchando por su vida, en compañía de su familia, en el hospital.
Los liberan, pero hay consecuencias. Dichos elementos presentan una denuncia por privación ilegal de la libertad contra quienes resulten responsables. Los involucrados aseguran que, en todo momento, los elementos estuvieron en un espacio con la puerta abierta, sin chapa. También, conservaron sus dispositivos de comunicación y armas de fuego. Incluso les dieron de cenar, entre otros “buenos tratos”.
“El gobierno come gracias a nuestros impuestos”, dice una de las personas entrevistadas que conoció al joven, en un resentimiento que pellizca a kilómetros de distancia.
La liberación de Gloria N. por el accidente en Mixquiahuala, Hidalgo
Durante la audiencia del 28 de octubre, el juez de control vinculó a proceso a Gloria N. por homicidio imprudencial. Sin embargo, también determina que Gloria N. llevará el proceso en libertad condicional, fincando una multa de 27 mil pesos. De esa forma, la policía se reincorpora al trabajo, toda vez que su defensa pide una ampliación de tres meses para el cierre de las investigaciones.
La familia entiende —más a fuerza de conciencia que de ganas— que el proceso avanza contra la responsable. No es suficiente. No solo se trata de Gloria N. Se trata del encubrimiento de sus compañeros en Casa Blanca. Los mismos que dicen proteger al pueblo.
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Las personas consultadas que conocieron a Steve exigen un proceso de justicia limpio. Que las autoridades también investiguen el encubrimiento de los otros elementos estatales.
Sin embargo, tienen en su contra las denuncias que las autoridades interpusieron por la retención de los dos policías, aquel 21 de octubre. El pasado 7 de diciembre, estas personas protestaron en Palacio de Gobierno, en Pachuca, para exigir un proceso justo.
La despedida en Tezontepec de Aldama
En una mesita que está dentro la habitación de Steve, vecinos y amigos colocaron fotos que tenían de él, como si fuese un improvisado altar. Ahí está Steve manejando su moto; el Steve que amaba el futbol y basquetbol; Steve que no era un chico de “dieces, pero tampoco de sietes”; “la luz” de la familia por sus bromas y relajado comportamiento. Steve, Steve, Steve…
“Hay un vacío que nada, nadie, va a llenar nunca”, dice una de las personas entrevistadas, que tenía acercamiento con él.
En Tezontepec de Aldama, sus compañeros moteros realizan una rodada el 22 de octubre, rumbo a la Instituto Tecnológico donde celebran su pase de lista, antes de ir al panteón.
Su sepelio es un campo que parece que nunca va a secarse. Coronas y arreglos de todo tipo forman parte de un mínimo reconocimiento de su gente. Quienes lo conocieron llegaron con lonas y mesas que no dejaban de vaciarse y llenarse. La familia no deja de reconocer y agradecer el aprecio del pueblo y de sus amigos.
Al preguntarle cómo han resistido estos días tras el accidente en Mixquiahuala, Hidalgo, la familia solo exige tranquilidad para poder llevar el proceso como debe ser, ya que la muerte de un ser querido, de por sí, es algo muy difícil de soportar.
Los conocidos de Steve resisten esto día a día, entre el llanto, el enojo y la frustración. Ya no hay con quién ir a los partidos de futbol ni de basquetbol.
A los conocidos de Steve les quedan los recuerdos y las fotografías.
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