La semana pasada, el excandidato a la presidencia de la República, Jorge Álvarez Máynez, se destapó para buscar la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano (MC), en sustitución de su líder vitalicio, Dante Delgado. Esto evidencia que seguirán los mismos cuadros políticos en la oposición que no puede serlo contra Morena.
El exlegislador federal se volvió célebre durante la campaña presidencial por supuestamente representar a los jóvenes. Ganó notoriedad después de que los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional “bajaron” al gobernador de Nuevo León, Samuel García. Máynez pasó de coordinador general de campaña del mandatario neoleonés al abanderado que alcanzó el diez por ciento del total de los sufragios del pasado 2 de junio.
Dicho emecista aprovechó que la candidata del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez, fue incapaz de crecer en las preferencias electorales. Rápidamente ganó la simpatía del electorado joven que no quería votar por Morena, pero que tampoco consideraba como una opción a la coalición PRI-PAN. Su discurso resultó atractivo para personas que por primera vez votaron en este año.
Después de las elecciones presidenciales —en las cuales evidentemente sabía que no ganaría—, Jorge Máynez desapareció durante algunos meses.
Sin embargo, se convirtió en un personaje útil para impulsar la fuerza electoral de MC tanto en el Congreso de la Unión, pues tienen a más representantes populares que el PRI. También, para mantener la gubernatura de Jalisco, uno de los principales bastiones del partido naranja.
La renovación de la dirigencia nacional del MC
Ante la inminente renovación de MC, al estilo de las estructuras políticas del priismo y que ahora replica Morena, Jorge Álvarez Máynez será el único candidato que participará en el proceso interno del instituto político, cobijado tanto por el gobernador saliente de Jalisco, Enrique Alfaro, como por Samuel García, quien públicamente lo ha considerado como su compadre.
Dante Delgado notó que Jorge Álvarez Máynez, por sí solo, representa una fuerza política atractiva para un electorado poco politizado que se deja llevar por mensajes sencillos e histriónicos en redes sociales.
Esa propuesta fue apoyada por Mariana Rodríguez, quien, para sorpresa de propios y agrado de extraño, no quedó como alcaldesa de Monterrey.
Con esa estrategia, la franquicia política del MC derivó en un partido político que, en la actualidad, es más poderoso que el PRI. El partido naranja gobierna dos de los estados con mayor desarrollo económico del país. También mantiene su máxima representación de legisladores federales tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Pero su crecimiento político está acompañado de la ausencia de credibilidad de los partidos políticos tradicionales. Quienes están en contra de los gobiernos de Morena, sólo tienen la alternativa que representa el partido naranja. Este se ha caracterizado por inyectar supuestos nuevos perfiles en sus cuadros políticos para dar frescura al escenario nacional, aunque controlados por Dante Delgado.
Las complicaciones internas
Aunque probablemente Jorge Álvarez Máynez no vuelva a participar como candidato a la presidencia de la República en 2030 —porque tendría que competir con perfiles como Clemente Castañeda y Luis Donaldo Colosio—, su liderazgo en el instituto político le servirá para posicionarse en la vida pública.
Además, sin la presencia de Dante Delgado, convertido en líder moral del partido, MC podría enfrentar nuevas fracturas. El grupo Jalisco ha manifestado su inconformidad con el grupo Nuevo León. Queda en duda la capacidad del MC para cohesionarse y tratar de seguir su crecimiento político para las elecciones federales intermedias del 2027.
La cúpula emecista aspira a mantener la unidad con Jorge Álvarez Máynez como dirigente nacional. Con ello, no sólo mantener la gubernatura de Nuevo León, sino también expandirse en otras entidades como el Estado de México y Campeche, otros de los estados donde creció como oposición y como una opción diferencial a la oposición anquilosada.
Pese a ello, se visualiza poco factible que MC quede como la principal oposición de Morena. Su presencia sólo es regional y está lejos de tener simpatías significativas en el resto del territorio nacional, donde el partido guinda logró afianzar sus redes territoriales de control político.
La renovación del MC no renovará a la oposición
Y aunque para muchos la elección de Jorge Álvarez Máynez como dirigente de MC puede renovar la baraja de los partidos de oposición existentes, en realidad no se mueve nada.
El excandidato presidencial sigue siendo un perfil sometido al cacicazgo de quien fundó y controló el partido, Dante Delgado.
En cambio, el PRI está condenado a la extinción con la casi vitalicia reelección de Alejandro Moreno. Por su parte, el PAN tampoco tendrá una gran renovación con el arribo de Jorge Romero, emanado del mismo grupo político que causó el declive del partido blanquiazul.
El escenario parece bastante cómodo para Morena que, por el momento, no encuentra oposición en la oposición. La única resistencia puede desprenderse de sus propios grupos políticos, enquistados en el partido.
Muchos de ellos están acostumbrados a la confrontación y, sin el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, se antoja más compleja la unidad que busca garantizar Luisa María Alcalde, eterna incondicional del expresidente de México, así como el hijo del exmandatario, Andrés Manuel López Beltrán.
El primer examen para Jorge Álvarez Máynez será en el proceso electoral del 2027, si queda como dirigente nacional. Parece que el MC seguirá ganando en los procesos electorales, en tanto el resto de la oposición no tenga una mejor oferta.
La forma de hacer política en México no puede ser otra a la que el PRI heredó. Esto es, por “unidad” como lo hacía el viejo régimen, que han replicado Morena y MC, o por “un delfín” como sucede con el PAN. La práctica real de la política se ha configurado en una misma visión del tricolor, pero con diferentes colores.
Apéndice: La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sigue ignorando a Jorge Álvarez Máynez como lo hizo en la campaña presidencial. No dedicó ni un minuto de sus conferencias de prensa mañaneras al exaspirante naranja, al igual que ocurrió en los debates presidenciales.
La jefa del Ejecutivo federal hizo mutis sobre cualquier referencia al próximo posible líder emecista. Esto, a diferencia de lo que hizo con sus demás adversarios, como Alejandro Moreno y recientemente Jorge Romero.
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