Ignacio García columna

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Ignacio García

Yasmín Esquivel y la impunidad académica

A dos años de la revelación del plagio de la tesis de Licenciatura de la ministra de la SCJN, Yasmín Esquivel Mosa, no sólo no existió alguna sanción en contra de la togada, sino que se consumó la impunidad académica.  

El quinto Tribunal Colegiado Federal en Materia Administrativa prohibió a la UNAM determinar si su documento fue un plagio. 

En cualquier país medianamente democrático, el plagio de licenciatura de una ministra de la máxima instancia judicial sería un escándalo. No sólo la destituirían, sino también iniciarían procesos penales en su contra. Sin embargo, en México, la integrante de la Corte no sólo sigue en su encargo, sino que pretende elegirse por medio del voto popular—y con el apoyo total de Morena—en los comicios de junio del 2025. 

Las pruebas del plagio son innegables. La ahora ministra propuesta por el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se mostró incapaz de configurar una defensa mediática adecuada para esclarecer el caso. Ella misma acusó que Edgar Ulises Báez la plagió, cuando él finalizó sus estudios un año antes que ella. 

La defensa de Esquivel Mosa no sólo fue patética, sino que completamente incoherente. Ante la presión pública, la UNAM anunció que iniciaría las investigaciones sobre el caso de plagio, ya que, si se comprobaba que la ministra copió su tesis a otro estudiante, su título de Licenciatura en Derecho quedaría anulado y, por ende, no podría ser integrante de la Corte. 

Para evitar esta situación, Esquivel utilizó sus influencias dentro del Poder Judicial y evitó la conformación del Comité de Ética de la UNAM. Esto, pese a que la FES dictaminó que la tesis de la ministra era una copia sustancial de la entregada por Báez. 

La UNAM, atada para actuar contra Esquivel 

Aunque la UNAM pidió a la Secretaría de Educación Pública (SEP) determinar si anularía el título de Licenciatura en Derecho de Esquivel, al ser una de las ministras consentidas de la “cuarta transformación”, la dependencia federal se negó a retirarle el grado académico. 

El entonces rector de la UNAM, Enrique Graue, reconoció en su momento que ellos estaban impedidos para retirarle el título de Licenciatura a Esquivel. Esto debido a que la normativa universitaria no lo contemplaba.  

Tras una reunión del Consejo Universitario, acordaron modificar los estatutos para permitir la anulación del grado académico por plagio. Sin embargo, no sería retroactivo. 

En abril de 2023 el Comité de Ética de la UNAM concluyó las indagatorias y estaba listo para emitir un dictamen sobre el caso. Pero un juez civil de la Ciudad de México ordenó a la institución educativa abstenerse de continuar con el proceso universitario en contra de la ministra, quien presentó un recurso de revisión contra su “alma mater”. 

A pesar del escarnio público, la ministra rechazó presentar su renuncia como ministra y sólo se pronunció a través de sus abogados, quienes, en junio del año pasado, aseveraron que Esquivel Mosa era la única autora de la tesis de Licenciatura en Derecho para titularse. Por ello consideraron que el proceso de la UNAM debía dejarse sin efecto. 

Según las pruebas que presentó la ministra, no incurrió en plagio, e incluso alegó que Báez había admitido que copió su tesis, pese a que la suya se publicó un año antes que la de Esquivel. 

Ninguno de los alegatos de la ministra fue aceptado por la UNAM como por la opinión pública en general. 

UNAM intenta combatir sin éxito 

La máxima casa de estudios del país objetó sin éxito las resoluciones judiciales favorables para Esquivel. Esto, en una clara muestra del uso de las instituciones para beneficio de ella.  

En noviembre de ese 2023, cuando inició su gestión como rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas mencionó en su discurso inaugural el caso. Se comprometió a continuar con la disputa legal para tratar de emitir el fallo que afectaba el prestigio de la institución. 

No obstante, los esfuerzos jurídicos de la casa de estudios han sido insuficientes. Las instancias judiciales se utilizaron como instrumentos jurídicos para favorecer en todo momento a la ministra plagiaria. Ella, segura de su impunidad, abiertamente participará en el proceso de renovación de la Corte, junto con las otras togadas afines a la “4T”.  

Esos perfiles son Loretta Ortiz, abierta militante de Morena, y Lenia Batres, hermana del ahora director del ISSSTE, Martí Batres, y autonombrada como la “ministra del pueblo”.

Como pago de los favores recibidos, Yasmín Esquivel es una de las soldadas del régimen actual que ha apoyado todas las resoluciones a favor del oficialismo. En este sentido, es una defensora a ultranza de la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF). 

La UNAM, por su parte, insiste con un proceso cada vez más complicado contra la tesis en tanto las instituciones sigan cooptadas por la “4T”. 

Dicha casa de estudios calificó el fallo a favor de Esquivel como una interferencia flagrante e inadmisible a la autonomía y la legislación universitaria. Académicos, investigadores, estudiantes y egresados insistieron con la anulación del título de licenciatura por deshonestidad académica. 

El ”robo intelectual” que acusaron los miembros de la comunidad universitaria no tuvo ningún peso en la Cuarta Transformación. Mientras exista sumisión y lealtad absoluta, no importa la preparación ni formación académica como se mostró con la reciente reforma al Poder Judicial. 

El doble plagio 

Lo peor de todo es que Yasmín Esquivel no sólo plagió su tesis de Licenciatura, sino también la de Doctorado.  

En febrero de 2023, se documentó que la ministra incurrió en esa misma práctica para doctorarse en Derecho por la Universidad Anáhuac. En cambio, la institución privada simplemente se deslindó de cualquier responsabilidad.

Atribuyó que no podía interferir en la anulación del grado académico tres años después de presentar el examen doctoral. 

Así, la impunidad académica cobija en todo momento a Esquivel Mosa, quien no podría ostentarse como licenciada ni mucho menos doctora. Este casi cimbra a una institución tan importante como la UNAM, que es corazón científico del país. De igual manera, obliga a que todas las instituciones regulen sus reglamentos para casos de este tipo.  

Apéndice: El plagio hubiese sido fuertemente sancionado en México si Yasmín Esquivel no fuese una ministra de la Corte y no fuese afín al gobierno de la Transformación. Las influencias políticas siguen teniendo un peso específico en las instituciones públicas del país, aminorando la desesperanzada posibilidad de alcanzar la justicia académica. 

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