Ignacio García columna

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Ignacio García

Comienza la carrera presidencial para 2030 

Apenas han transcurrido dos meses desde que comenzó el gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y algunos personajes políticos comenzaron a alzar la mano para participar en la carrera presidencial de 2030 y suceder a la mandataria federal. 

El primero de los “suspirantes” es Omar García Harfuch. El actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) se ha posicionado rápidamente como el funcionario más visible de la administración de Claudia Sheinbaum, debido a que se fue a vivir temporalmente a Sinaloa para tratar de reducir los niveles de violencia que hay en el estado por los enfrentamientos entre “Los Chapitos” y “La Mayiza”. Si logra hacerlo, inmediatamente se ubicará como el principal candidato en la carrera presidencial de 2030.

El exjefe de la policía de la Ciudad de México es uno de los personajes de mayor confianza de la presidenta, quien palomeó su candidatura cuando buscaba la Jefatura de Gobierno. Y aunque tenía mayor respaldo popular, las bases más radicales del Morena presionaron para que fuese una mujer la competidora. El puesto era para la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, quien es la actual mandataria capitalina. 

El personaje cercano a Claudia Sheinbaum 

A García Harfuch le dieron como premio de consolación una senaduría. Pero su trabajo como secretario de Seguridad lo ubicó de forma positiva con la presidenta. De inmediato lo integró a su gabinete como nuevo titular de la SSPC. El apoyo presidencial se reforzó con la reciente reforma constitucional para otorgarle nuevas facultades y atribuciones a la dependencia que coordina el senador con licencia. 

No es de extrañar que García Harfuch sea el personaje más cercano a Sheinbaum. A diferencia de otros integrantes de su gabinete, a quienes impuso 

el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el secretario nunca fue cercano al tabasqueño. 

Sin embargo, López Obrador tuvo que ceder en su nombramiento como secretario de Seguridad. Es un perfil más adecuado para ese cargo a diferencia de Rosa Icela Rodríguez, quien no tenía ni la formación ni la experiencia para ese puesto. 

Un nuevo estilo de gobernar  

Los primeros días de la administración de Sheinbaum han sido, en términos de seguridad, ligeramente diferentes a los de su antecesor.  

El decomiso de una tonelada de fentanilo en Sinaloa marca una distinción. Mientras que el exmandatario negaba que en México fabricaran este químico que ha sido la principal crítica tanto de Joe Biden como de Donald Trump, el gobierno actual decidió actuar. Por primera vez en años, es visible un esfuerzo real por combatir la inseguridad y la violencia. 

La polémica política de seguridad, denominada “Abrazos no balazos” que impulsó López Obrador, no sólo fue fallida, sino contraproducente. La violencia en el sexenio pasado era la más alta, incluso por encima de las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. 

Aunque la respuesta del Estado mexicano obedece a las amenazas arancelarias del presidente electo de Estados Unidos, por lo menos existe un intento de tratar de reducir los índices de violencia e inseguridad. García Harfuch pretende estimular las grandes detenciones de capos de las drogas. Esto para mejorar la percepción social, tanto nacional como norteamericana, sobre un combate a los cárteles. 

Sin embargo, el problema de la inseguridad es tan complejo que demorará años tener resultados reales en el tema. No obstante, repitiendo la fórmula del Calderonismo de las grandes detenciones, García Harfuch, discípulo de Genaro García Luna, busca replicar esa estrategia para que mediáticamente gane puntos de cara a la carrera presidencial del 2030. 

Pese a que aún falta mucho, uno de los personajes más relevantes de este sexenio busca desprenderse del resto de sus competidores y aprovechar la imagen nueva –que en México vende- de un político joven y carismático que puede revertir los niveles de violencia, la principal demanda de la población. 

Los otros suspirantes 

Pero García Harfuch no es el único que implícitamente ha levantado la mano para la carrera presidencial del 2023. El actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, buscará volver a intentarlo por tercera ocasión, esperando sí lograrlo, aunque no es el favorito de Sheinbaum ni de López Obrador. 

A pesar de que será uno de los negociadores del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, la carrera política de Ebrard se disuelve.  

A diferencia de lo que sucedió con López Obrador, quien logró fortalecerse en su intento por buscar la candidatura presidencial, el excanciller está lejos de recoger ese apoyo social que pudiera posicionarlo fuera del espaldarazo del partido. 

Las otras corcholatas también aguardan su turno. Adán Augusto López se ha convertido en el personero de las causas de López Obrador. Desde el Senado, trabaja como el principal operador político del expresidente y no de la mandataria federal. En 2023 estuvo lejos de contar con apoyo interno en el partido, pero espera consolidar una red política que lo posicione en 2030. 

El exgobernador de Tabasco no desistirá en sus intenciones de buscar la residencia de Palacio Nacional. Su capacidad política y mecanismos de presión serán sus principales armas políticas.

En tanto, también Gerardo Fernández Noroña buscará subirse a la carrera presidencial del 2030. Esto después de que le convino hacer berrinche por no quedar en el gabinete presidencial, pero sí como presidente de la Mesa Directiva del Senado. 

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Si la fórmula morenista opta por otra mujer, la actual dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, figura como una de las principales contendientes. Su juventud y experiencia política, tanto como secretaria de Trabajo como de Gobernación en el sexenio pasado, la posicionan como una de las palomeadas por el líder moral del partido. 

Por el momento, se descarta a Andrés Manuel López Beltrán. El secretario de Organización de Morena busca seguir los pasos de su padre. Buscaría la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para después escalar a la presidencia. Por lo pronto, no será un presidenciable sino hasta el proceso del 2036, si es que sigue vigente el apoyo social a la denominada “4T”. 

Apéndice:

En la oposición siguen sin saber quién puede disputarle a Morena la presidencia. En tanto que en Movimiento Ciudadano (MC) se perfilan varios aspirantes. Destacan Luis Donaldo Colosio Riojas, Jorge Álvarez Máynez, Samuel García, Clemente Castañeda y Pablo Lemus, en una riña interna que, sin la revisión de Dante Delgado, se complicará en las estructuras internas del emecismo. 

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