Ignacio García columna

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Ignacio García

Trump, sometimiento o aranceles  

Ha transcurrido la primera semana del segundo mandato de Donald Trump, en cuyas primeras horas comenzó a firmar una serie de órdenes ejecutivas, en las cuales, muchos de sus esfuerzos están encaminados contra México bajo amenaza de imponer aranceles.  

 Desde su discurso inicial, México fue el país más mencionado por el presidente de Estados Unidos. Con el anuncio de reforzar la frontera para impedir el paso de migrantes e iniciar deportaciones masivas, nombrar a los cárteles de las drogas como organizaciones terroristas, cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América, y la implementación de aranceles, está claro que el mensaje es “sometimiento o sanciones”. 

El primer ejemplo de esta visión de gobierno que tiene Trump se observó con el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Este se negó a recibir a los migrantes deportados de Estados Unidos sin haberlo consultado.  

Inmediatamente, Trump anunció aranceles para el país sudamericano y el gobierno del país sudamericano tuvo que recular. 

 La administración de Trump en esta segunda etapa no tiene nada que perder. A diferencia de su primer mandato, en esta ocasión no tiene que preocuparse por una reelección. Por ello, podrá intimidar a sus socios comerciales con la imposición de aranceles, “su palabra favorita”. Sin embargo, esta medida también será contraproducente para la Unión Americana. 

 Desea imponer en esa visión hegemónica a Estados Unidos con una perspectiva imperialista expansionista. Ha tratado de adquirir Groenlandia, buscó la anexión de Canadá y rebautizó el Golfo de México para tratar de contrarrestar las políticas expansionistas de sus principales adversarios, como China y Rusia. 

 El mandatario norteamericano quiere negociar a través de manotazos. Su mirada financiera se basa en la imposición de aranceles, considerando que Estados Unidos será el menos perdedor en la operación económica, pero que no logrará el crecimiento económico de su país. 

Comienza la crisis por la repatriación de migrantes 

 En su primera semana de gobierno, deportó a dos mil 382 migrantes indocumentados de México. Los primeros repatriados son aquellos que son considerados como criminales en Estados Unidos. Y posteriormente se extenderá a las redadas que prevén en distintos espacios públicos. 

 Entre las órdenes ejecutivas del republicano, destaca la persecución sistemática contra migrantes en escuelas, iglesias, hospitales. Es un claro ejemplo de cacería y violación de derechos humanos a miles de personas que contribuyen a la economía de esa nación. 

 Las formas en las que las fuerzas armadas estadounidenses actuarán es un ejemplo de expulsión masiva de personas. Mismas que son señaladas como las responsables de los principales problemas de ese país. Principalmente, los acusan de ser delincuentes y quitarles los empleos a los caucásicos que nacieron en la Unión Americana. 

 Es una expresión de “limpieza nacional” que busca desarrollar en este gobierno. Con el apoyo del Congreso, donde tiene mayoría, el republicano busca imponer una visión de reconfigurar a Estados Unidos como una nación menos multicultural como ha sido su propia génesis. 

 La comunidad migrante en Estados Unidos ha tratado de defenderse. Realizaron algunas medidas judiciales que, esperan, frene su deportación. Mientras que el papel de México, como se ha referido en este espacio, será relevante para la gestión del empresario. 

 Trump insiste en la repatriación de miles de migrantes mexicanos. Si el gobierno de Claudia Sheinbaum no actúa como subordinada del mandatario norteamericano, entonces Trump impondrá aranceles del 25 por ciento.

 Incluso Trump trata de atentar contra la Constitución de Estados Unidos. Busca anular el derecho a la nacionalidad a aquellas personas que nacieron en la Unión Americana, solo por ser hijos de migrantes, lo que vulnera la propia esencia constitucional republicana de esa nación desde su fundación. 

El mensaje de Trump para México con los aranceles  

Donald Trump se ha jactado de ser un gran negociador. Su forma de dirigir las relaciones económicas de Estados Unidos es similar a la de un bravucón que trata de intimidar a sus compañeros en un aula de clases, sin medir los efectos que puede causar o si lo vayan a castigar.  

Las amenazas al presidente de Colombia, Gustavo Petro, son un mensaje claro tanto para México como para el resto de sus socios comerciales que se rehúsen a aceptar sus imposiciones como el agresor que ha sido durante años para sus aliados comerciales de América del Norte. 

Aunque la presidenta Sheinbaum asume una postura más contestataria a la de Trump, el republicano sabe que tiene las ventajas en la negociación contra la imposición de aranceles. Por ello pretende aprovechar dichas ventajas para causar miedo entre aliados comerciales que no quieran aceptar sus condiciones económicas. 

Su gobierno siempre tiene un espacio especial para México. Desde su primera campaña electoral, en 2016, el país fue centro de sus acusaciones. A través de “Fake News”, como un intento para sembrar el terror entre sus seguidores, dijo que los migrantes mexicanos eran personas dedicadas al crimen organizado. Asimismo, que aumentaron los niveles de violencia e inseguridad en la Unión Americana. 

La narrativa de Trump no se basa en evidencias ni datos, sino en rumores, especulaciones y percepciones personales. Estas cobijan a un sector de la población que no desea información, sino propaganda y un discurso de odio que se centra en acusar a los migrantes. 

La responsabilidad de Sheinbaum 

Para Trump y la base de la derecha ultraconservadora republicana, México es uno país ingobernable. La postura que adoptó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ayudó a mejorar su visión a nivel internacional, al constantemente enfatizar una política de seguridad basada en “abrazos no balazos”. Esto permitió que los cárteles de las drogas se apoderaran de diferentes territorios con absoluta impunidad. 

La inexistencia de una política enfocada en la reducción de la violencia enaltece la narrativa conservadora que acusa a México de incidir en la inseguridad de Estados Unidos. 

Es así que la mandataria mexicana tiene una responsabilidad de tratar de reflejar un cambio en la seguridad, contraria a su antecesor. Sin embargo, Sheinbaum da signos de seguir con la misma tendencia no confrontativa. 

Apéndice: La relación diplomática entre México y Estados Unidos es uno de los problemas más grandes. Los negociadores Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard no han logrado calmar los ánimos de los republicanos, quienes tienen una mayor sed de venganza al regresar al poder. 

Las opiniones y análisis de los columnistas no necesariamente reflejan el punto de vista de esta casa editorial.      

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