Octavio Jaimes

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Octavio Jaimes

El culto a Jorge Márquez en Tulancingo

Tulancingo siempre ha sido tierra donde puede más el ego político que la voluntad popular, y es el caso con Jorge Márquez.  

En 2010, el director mexicano Luis Estrada puso a temblar a las cúpulas gubernamentales y sacudió la opinión pública cuando se estrenó El Infierno. Cinta que arroja una bien sazonada sátira y crítica sobre diversos temas del entonces panorama político-social en un año en el que se enalteció -particularmente- el patriotismo por el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.  

En esa película, como preámbulo del segundo acto, Estrada compone una escena en la que, parados ante una nueva escuela, llamada “Héroes del Bicentenario”, estudiantes y sicarios comparten templete con el presidente municipal de San Miguel y sus allegados. En un discurso que exhibe la humillante sumisión en la que viven condenados el alcalde y su séquito, vemos cómo dan un agradecimiento al señor Reyes y su familia, por tener “a bien” donar el nuevo plantel al famélico y violentado pueblo.  

Es durante una escuálida fanfarria que nuestro protagonista, el buen Benny (encarnado magistralmente por Damián Alcázar), dice a modo de burla a su compañero:  

“¿Cómo ve a los nuevos héroes de la patria, mi Cochi?”.

Mientras los poderosos se pavonean ante los nada voluntarios aplausos de su cónclave y sus sometidos.  

Algo similar ocurrió en Tulancingo en los últimos días. Si bien el finado ex alcalde Jorge Márquez Alvarado no era narco, los integrantes de su corte aprovecharon el último suspiro de la administración, que encabezó hasta mayo (mes en el que falleció) para integrarlo -claro que entre líneas-, a las filas de los “Héroes de la Patria”, al menos en la región de Tulancingo donde se les rinde homenaje póstumo.  

Sin consulta popular y sin convocar a los medios a la sesión de cabildo, se autorizó modificar el nombre al Boulevard Bicentenario. Obra que se realizó, por cierto, durante el primer gobierno municipal del también empresario. Le agregaron el nombre del político a quien varios señalan como cacique: Boulevard Bicentenario Jorge Márquez Alvarado.  

No es el único homenaje para Jorge Márquez en Tulancingo 

A ello siguió una campaña de justificación por parte del gobierno municipal, en el que aseguraron que “era la forma de plasmar el legado” y el bienestar que Jorge Márquez trajo a Tulancingo.  

Las críticas por supuesto no se hicieron esperar, principalmente de la ciudadanía. Alegaron y con justa razón, que no se les consultó para este cambio de nomenclatura a una de las vialidades más transitadas de la demarcación.  

Por si fuera poco, a menos de cinco días de que concluyera la administración, comenzó la construcción de un busto dedicado al ex edil. Estará junto al Boulevard Bicentenario y a un costado del hemiciclo dedicado a los Héroes de la Independencia.  

Según albañiles, el saliente gobierno municipal encargó ese trabajo; la asamblea no dijo nada al respecto. En fast track, en menos de cinco días, culminaron la obra. Hasta el momento, es desconocido quién o quiénes autorizaron y financiaron este homenaje. 

Las reacciones ciudadanas no hicieron más que abonar a la inconformidad. Casi de forma unánime, molestos tulancinguenses cuestionaron este exacerbado culto al político priísta, Incluso amagaron con quitarlo o al menos intervenirlo con pintas, una vez que sea oficialmente revelado ante el pueblo. 

El respaldo de Morena 

Por su parte, la nueva alcaldesa, Lorena García Cázares, aplaudió el levantamiento del busto pues, según dijo, Jorge Márquez era “un gran político”. Tal vez por desconocimiento, la morenista dijo que este monumento es por voluntad de la ciudadanía, lo que no es cierto. Sus intenciones para escuchar al auténtico pueblo, como su partido lo demanda en sus ideales, se verá en los próximos días cuando ella acuda (porque seguramente la invitarán) a la develación.  

Pero este arraigado culto y amor a Jorge Márquez no es del pueblo de Tulancingo, sino de muchos de los que estuvieron bajo su responsabilidad cuando trabajó como alcalde. Ellos piensan que el sentimiento es general, pero habría que preguntar a las compañeras feministas, a quienes reprimió y condenó en los últimos tres años; a los skaters, con quienes incluso sostuvo un pleito que se volvió nota nacional; a los miembros de la comunidad LGBTIQ+, a quienes, en aras de no dejarlos presentarse el Día del Orgullo en la Velaria del Jardín la Floresta, su gobierno quiso mandar a una de las colonias más segregadas del municipio. 

Habría que preguntar a las más de 70 personas desaparecidas que van en 2024; a las más de 400 que denunciaron robos. También a las víctimas de feminicidio en estos tres últimos años o a periodistas que mandó a reprimir por vía administrativa o por la fuerza.  

¿Son los anteriores hechos motivo de homenaje? En todo caso, ¿Qué le reconocen? ¿La construcción del boulevard? ¿Cuál es la insistencia en honrarlo? ¿O será, más bien, el último “soplo” que hace el PRI en Tulancingo para no sentirse tan mal con su fracaso electoral reciente? 

A la ciudadanía nos dejan dos opciones: exigirle al nuevo gobierno que haga valer los principios de democracia participativa que tanto presume. O bien, unirnos al coro de aplausos y fanfarrias escuálidas para enaltecer a “los nuevos héroes de la Patria”, como en El Infierno

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Originario de la Ciudad México pero adoptado por Hidalgo, tierra en la que ejerce periodismo urbano. Amante del cine, la música, la literatura y los movimientos sociales, trabaja como reportero en el...

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