Autoridades encontraron los cuerpos de un policía municipal de Almoloya, Hidalgo y de otro hombre que permanece sin identificar, ejecutados en el municipio de Chignahuapan, en la Sierra Norte de Puebla.
De acuerdo con los primeros reportes, el hallazgo tuvo lugar la tarde de este 25 de septiembre en la localidad de Nuevo San Claudio Paredón.
Autoridades de Hidalgo confirmaron la muerte del policía, identificado como Gonzalo Joaquín Vega García, de 28 años. El uniformado estaba reportado como desaparecido desde el pasado 22 de septiembre cuando lo vieron por última vez tras finalizar su turno en la policía municipal.
Al inicio trascendió que ambos cadáveres se encontraban en una fosa clandestina, sin embargo, fuentes de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) informaron a CENTRAL Hidalgo que los cuerpos estaban a cielo abierto.
Asimismo, la dependencia detalló que, al momento del hallazgo, el cadáver de Joaquín Vega llevaba un uniforme táctico con la leyenda “Fuerzas Municipales de Hidalgo”.
También que presentaba múltiples golpes en la cara y rastros de sangre, de igual forma, estaba con las manos atadas.
El otro cuerpo, aún sin identificar, presentaba características similares: golpes, hematomas y rastros de sangre en el cuerpo.
Peritos trasladaron a ambos cadáveres al anfiteatro de Zacatlán. En este sentido, la Fiscalía de Puebla inició la carpeta de investigación FGEP/CDI/CGEIHD/Zacatlán-1/000634/2024.
Asimismo, la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos está a cargo de las indagatorias.
Dadas las condiciones en las que encontraron al policía de Hidalgo y a su acompañante, las autoridades de Puebla sospechan que los ejecutaron por un ajuste de cuentas.
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El control delictivo en Chignahuapan
Juan Lira Maldonado, “El Moco”, es uno de los delincuentes que mantiene influencia política y delictiva en Chignahuapan. Versiones extraoficiales señalan que él, junto a su hermano, son responsables de una serie de enfrentamientos con policías estatales de Puebla.
Dichos casos ocurrieron en la zona del Paredón, donde autoridades encontraron el cuerpo del agente hidalguense.
Según diversas fuentes, por años influyó en los gobiernos de los municipios ubicados en la zona limítrofe de Puebla e Hidalgo. “El Moco” mantenía nexos con los ediles de región.
Las fuentes consultadas también lo acusan de pagar campañas a favor de su entonces socio, “El Loco Téllez”. Él es un huachicolero reconocido en Tlaxcala, Puebla e Hidalgo.
Ambos estaban considerados líderes en el robo de hidrocarburo en Puebla hasta el 2020. “El Loco Téllez” fundó un grupo delictivo en la zona de San Martín Texmelucan, en dicho estado.
Inició actividades en 2012, pero las detuvo en 2013 para robar a empresas gaseras. La Fiscalía General de Tlaxcala mantenía once denuncias en su contra.
“El Loco Téllez” estuvo en prisión entre 2014 y 2016, año en el que obtuvo su libertad. Posteriormente se integró nuevamente al mercado negro del huachicol y afianzó su grupo en San Martín Texmelucan.
En tanto, su socio “El Moco”, estaba relacionado con grupos políticos de la zona de Chignahuapan, Puebla y Tulancingo, en Hidalgo. Además, tenía protección de varios actores locales, como el exedil de Chignahuapan, Javier Tirado Saavedra.
Esto les permitió utilizar varios municipios de la Sierra Norte de Puebla para abastecerse, trasladar y almacenar hidrocarburo robado. Tanto “El Moco” como “El Loco Téllez” conformaron una de las bandas delictivas de mayor alcance, controlando los límites entre Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Estado de México.
Finalmente, “El Moco” consiguió la candidatura a presidente municipal de Chignahuapan con Fuerza Por México, con la cual ganó las elecciones del 2 de junio de este año.
Sin embargo, el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP) desconoció su triunfo por irregularidades en la elección.
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