“Lo que aprendimos de Ayotzinapa” es más que un poemario que refleja la lucha de los 43 normalistas. Su autor, Anibal Malaparte, conjunta versos, fragmentos de manifiestos, análisis históricos y, principalmente, testimonios sobre las movilizaciones ocurridas tras la desaparición forzada de los jóvenes.
Por toda esa mezcla de pensamientos, su autor lo define como un collage. Incluye citas relacionadas a otras luchas sociales para mostrar que lo sucedido en Ayotzinapa es “uno más de los múltiples actos de lucha” que han existido.
La desaparición de los normalistas no es distinta a los crímenes del Estado cometidas durante las guerrillas del siglo XX. Todo está conectado en “el prisma de la lucha de clases”, expuso su autor.
El poemario-collage es un homenaje a los 43 normalistas de Ayotzinapa, un manifiesto, una “crítica a la crítica”, según cita sobre Marx el autor. También es un repase sobre datos historiográficos de las pugnas sociales. La referencia hacia el socialismo es imprescindible en el caso de los normalistas, ya que muchos estaban permeados por el marxismo-leninismo.
Para él, un libro debe tener varios objetivos. El suyo, es un acto de conciencia, de reclamo y protesta, así como un intento por exponer un hecho de nuestro pasado reciente a las nuevas generaciones.
Es por eso que las ganancias del texto serán para la Asamblea Nacional Popular, donde madres y padres de los normalistas desaparecidos coordinan acciones generales de lucha. Las personas interesadas, pueden adquirir el libro con Mandrágora Ediciones.
Los motivos del poemario
La desaparición de los normalistas ocurrió cuando Anibal Malaparte tenía 22 años. Para ese mes de septiembre del 2014, cursaba su primer semestre en la facultad de Historia, en la Universidad Veracruzana. También formaba parte de la Juventud Comunista de México. Con sus compañeros, planeaban acciones rumbo al 2 de Octubre para conmemorar la matanza de Tlatelolco.
Como un militante adolescente, pensó que era una “represión más, dentro de lo que estamos acostumbrados”. Una levantada, una calentadita y que aparecieran días después, caminando de regreso a sus comunidades.
A Anibal le pasó lo mismo un 15 de septiembre del 2012, tras participar en manifestaciones en Veracruz contra el triunfo de Enrique Peña Nieto como presidente. Lo detuvieron agentes de Arturo Bermúdez el otrora todo poderoso titular de la Policía Estatal de Veracruz, durante el gobierno de Javier Duarte. El oscuro jefe de seguridad fue detenido en febrero del 2017, acusado por abuso de autoridad, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
La gente del “carnicero de Duarte” simuló una ejecución con Anibal y poco después lo arrojaron a las afueras de Xalapa. Caminó durante horas hasta que pudo encontrar un teléfono.
Creyó que lo mismo sucedería con los normalistas, siendo una de las prácticas más comunes del Estado contra disidentes. Pasaron los días hasta que todos comprendieron la magnitud de la Noche de Iguala.
El nacimiento de “Lo que aprendimos de Ayotzinapa”
Anibal Malaparte indicó que la idea del libro surgió durante la pandemia de COVID-19. Trabajaba de medio tiempo como asistente académico. Las tardes transcurrían pegándole al saco de box, bebiendo cerveza y mirando “animes viejitos”.
Tras escribir un primer poemario, finalmente decidió hacer “Lo que aprendimos de Ayotzinapa” durante el 2023.
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Su formación como historiador le permitió reconstruir testimonios, mismo que son pieza fundamental de su libro. A diferencia de otros textos sobre la Noche de Iguala, Anibal Malaparte optó por enfocarse en el oportunismo que mosqueó a todo el movimiento que buscaba justicia.
Identificó a personas en todas las manifestaciones del país que dieron información sobre sus participantes, obteniendo beneficios, ya sea por voluntad propia o por temor al Estado que se concentró en encubrir la desaparición.
Unos terminaron como policías de alto rango; otros recibieron becas o trabajan en instancias gubernamentales con “sueldazos”, según explicó el autor.
Indicó que los principales oportunistas fueron aquellos que ahora forman parte del oficialismo. En Xalapa, los “pejistas” llegaban a las manifestaciones solo para tomarse la foto, retirándose inmediatamente.
Para él, Morena fue quien más se benefició de las manifestaciones, pues Andrés Manuel López Obrador prometió solucionar el caso si llegaba al gobierno.
Anibal Malaparte consideró que esperar justicia de un partido como Morena “no tiene mucho sentido”. El partido es “simplemente una forma de gestión capitalista diferente a como es el PRI o es el PAN”.
Esperar que Morena traiga verdad y justicia, castigando a uno de los aparatos más represivos del Estado (Ejército), me parece risible. Muchos lo dijimos en su momento.”
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